sábado, 1 de septiembre de 2012

Por el Maestrazgo

Este verano ha hecho mucho calor. Uno de los sitios donde también hace calor, pero se llega a respirar, al menos paz y tranquilidad, es el Maestrazgo. El de Teruel ya habíamos visitado algo, así que nos hemos centrado en el de Castellón.

COMO LLEGAR.
Esa es la pregunta. Cómo llegar allí donde no hay nadie. Las carreteras no son buenas pero han mejorado en la época dorada de los aeropuertos y campos de golf. Nosotros veníamos de El Poyo, así que fuimos por Montalbán, para luego pasar por Molinos hasta Castellote. El primer contacto en serio fue la ermita de la cara norte de la sierra de Castellote.
Pero lo mejor está nada más pasar el tunel, y entrar directamente en la monumental población de Castellote. A resaltar su ayuntamiento, abierto de pórticos como los del Matarraña, la fuente, la torre de los templarios y el castillo allá arriba del cerro, que si no fuera por los 38º que caían daba ganas de subir.




A partir de ahí, la carretera pasa por Santolea (medio vacío en estas fechas de Agosto), para pasar por Bordón a Olocau, nuestro destino.
Este sería nuestro punto de partida para explorar algo la comarca dels Ports.




EL SITIO.
A decir verdad fueron varios. Olocau, con su ayuntamiento en plan palacio aragonés y alguna que otra casona memorable, Zorita del Maestrazgo y el santuario de la Balma, Forcall y, como no, Morella. Zorita es un pueblo encaramado a una colina, por motivos defensivos, con una desproporcionada e inmensa iglesia renacentista, y un ayuntamiento con un bonito alero de madera policromado.
A pocos minutos tenemos el impresionante Santuario de la Balma, recien restaurado, y desafiando la gravedad dentro de la roca. Comimos en su excelente restaurante y disfrutamos del curioso lugar.

Por la tarde fuimos a Forcall, precioso pueblo donde convergen dos ríos, secos en verano pero de extensos cauces que dan idea de los caudales puntuales que pueden llegar a bajar ocasionalmente.Este pueblo es donde pasó su infancia el yayo Joaquín de Sara. Así se lo explicábamos y algo entendería. Es reseñable el palacio de los Osset, ahora hotel, el ayuntamiento, la extensa plaza mayor, y la iglesia con torre de piedra.



LOS ALREDEDORES
El último día fuimos a ver Morella. La ciudad es espectacular con su perfil dominado por el castillo al acercarte por la costa. Cuando vienes del interior no te la imaginas hasta que no estás dentro. El recinto amurallado se conserva intacto. La catedral gótica también es preciosa, y el castillo, en lo más alto, de nuevo lo hemos dejado para otra ocasión en la que haga menos calor y Sara sea capaz de andar un poco más.

Las calles estaban abarrotadas por ser la semana de celebración del Sexenni de Morella, una celebración que se hace desde más de 300 años cada 6. Todas las calles estaban engalanadas con decoración hecha manualmente en papel por los propios vecinos de Morella. Un atractivo más para esta increíble ciudad.
Y colorín colorado este cuento se nos ha acabado. Hasta la próxima.







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